lunes, abril 06, 2009

Retomando el celular

Un par de entrevistas a Beto Quevedo sobre el tema del celular. Transcurrió ya un tiempo de las mismas, sin embargo, consideramos que su contenido sigue vigente.
"El celular es todo un desafío para el colegio"; La Nación; 4 de marzo de 2006

LN: -También desde el punto de vista social el celular tiene enormes efectos. ¿Puede considerárselo un elemento que favorece la democratización de la sociedad argentina?
LAQ: -Si el siglo XXI es el siglo del ingreso a la sociedad de la información, el modo de ingreso de los sectores más pobres de nuestra sociedad es el celular y los juegos electrónicos. Esas son las dos ventanas de acceso en la Argentina de hoy. No el tener banda ancha ni la última tecnología en computadoras. Eso todavía es muy caro y tiene un uso muy segmentado, para sectores muy poderosos. Pero los jóvenes de los sectores más populares hoy pueden acceder a una tecnología de última generación que se ha abaratado mucho, sobre todo si se piensa en opciones como la línea control y las tarjetas. Aun cuando se cargue una suma mínima para hablar, siempre se tiene la posibilidad de recibir llamadas y, por lo tanto, de estar en red, de estar en el mundo tecnológico, de educarse, de recibir o responder pedidos de trabajo.


Entrevista en EducaRed a Beto Quevedo (2007). Un extracto:

ER: El uso del celular, ¿qué cambios genera en los vínculos entre los jóvenes y sus pares? ¿Y entre los jóvenes y sus padres?
LAQ: Hubo una primera etapa donde los adultos creímos que el celular iba a ser una herramienta de control sobre los chicos y permitiría estar más conectados con ellos. Fue una etapa imaginaria de los adultos. Lo fundamental es cómo ellos crean sus redes, cómo se comunican. Lo que merece ser analizado son los usos que ellos le dan a los celulares: entender cuál es la lógica del uso. Tener o no tener celular es estar o no incluidos en las redes sociales: formas de contacto, de encuentro, intercambio de mensajes, chiste, fotos…La demanda de celular es la demanda de ser un nodo de una red. No es tanto por la fascinación tecnológica, o porque los padres van a estar tranquilos; la idea de cómo ellos están representados en el mundo. Y también el tipo de celular que usan es parte del proceso de personalización: “dime que celular tienes y te diré quién eres”. Lo que hay que entender es el celular como un punto de la relación social.

ER: Existe un gran debate acerca de si es o no conveniente dejar que los chicos y chicas usen los celulares dentro de la escuela. ¿Cuál es su opinión sobre este punto?
LAQ: La escuela siempre ha sido muy refractaria a las nuevas tecnologías. Le cuesta mucho por ejemplo relacionarse con la televisión, no tanto con la computación a la que le encuentra el costado noble que tienen que ver con el conocimiento. Pero Internet es visto como una amenaza, porque sólo se ve que hay pornografía, juegos, corrupción, el plagio… y el gran tema es cómo volver a los libros sin que Google lo resuelva todo. La escuela tiene un montón de desafíos, entre ellos la tecnología dentro del espacio escolar.
Yo soy docente y no quiero que suene un celular en el aula. Ahora, no ingresar con el celular en la escuela es ridículo porque el teléfono acompaña la vida de los chicos, y los padres quieren que usen el celular por seguridad. La peor reacción de la escuela es la prohibición. Ya hay legislación en varias provincias que prohíbe el uso del celular en el ámbito escolar. El otro tema es cómo la escuela puede incorporar el uso del celular a ciertas actividades escolares. Se pueden hacer otras cosas con el celular, de hecho hay muchos ejemplos de uso de la fotografía o de cortos filmados con celulares. Algunos celulares permiten ciertas búsquedas. Creo que lo peor es prohibir y lo mejor es regular, y la escuela debe aceptar el desafío de pensar si puede trabajar con esa tecnología. Reducir el celular a la prohibición es olvidarse que ahí hay algo de la civilización actual, de la socialización y de los vínculos en la sociedad contemporánea.
(...)
ER: Hemos visto recientemente en televisión imágenes tomadas por los adolescentes con sus teléfonos donde se mostraban fuertes peleas entre ellos y nadie intervenía. ¿Qué opina de estas situaciones?
LAQ: ...
Cuando yo era estudiante, muchas veces nos peleábamos y otros miraban. El problema es que ahora filman esas peleas. No creo que podamos afirmar que el celular o ciertas tecnologías incidan en la violencia; pero sí creo es que hay nuevas formas de voyeurismo escolar. Por ejemplo, filmar a un profesor y colgarlo en Youtube es de esta época y no debería ocurrir porque los chicos no deberían tener el teléfono encendido dentro del aula y la escuela debe punir esto. Además, violenta la intimidad del docente.
Pero desde el punto de vista de la violencia, no creo posible establecer una relación entre el uso del celular y la pasividad frente a la violencia.

Entrevista completa de Educared a Alberto Quevedo.



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