Internet, el teléfono celular y hasta los videojuegos golpean las puertas de las aulas. Y aunque gran parte de los docentes sigan viendo algunas de estas herramientas como obstáculos para el proceso educativo, investigadores y profesionales advirtieron que el sistema educativo se resiste muchas veces a los cambios, a pesar de que las nuevas tecnologías llegaron para sumar en el proceso de enseñanza.(...)
El mexicano Guillermo Orozco, graduado en Educación en Harvard, consideró que el sistema educativo se equivocó porque "se empeñó en erigirse a sí mismo en el único con la legitimidad para enseñar y negó la influencia de las nuevas tecnologías". Puso como ejemplo que sólo ahora los diarios son un instrumento de uso más frecuente en las aulas; la radio apenas se utiliza por su música, y a la TV sólo se recurre para ver algunas películas.
Para Orozco, la escuela debe compensar la falta de acceso a las nuevas tecnologías. "Que [los alumnos] tengan el acceso como un proceso de pensar y acceder a conocimientos de otra manera", insistió.
Lamentó, así, que el sistema educativo no se haya ocupado de generar una pedagogía para el uso de estas nuevas tecnologías. Destacó que mientras los adultos apelan al teléfono celular sólo como alternativa para estar localizables cuando están lejos de una línea fija, para los niños y jóvenes hablar no es prioridad cuando usan su equipo móvil. "Ellos asumieron la tecnología con otros objetivos", resaltó.
Nota completa en La Nación; 08-10-06.
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