Reflexiones de Luciano Sanguinetti, sencillo y claro, que le surgieran a partir de la lectura de la entrevista a Nora Sabelli, que posteamos más abajo.
Podemos leer:
Dijimos al comienzo que la interactividad, la hipertextualidad y la conectividad eran algunos de los rasgos sustanciales de la cibercultura y que en ella los jóvenes eran los más expertos habitantes, los nativos. Precisemos. Interactividad supone esencialmente que las máquinas actuales tienden en gran medida a que los usuarios realicen más operaciones definiendo con mayor precisión lo que quieren y necesitan. Pueden definir contenidos, pueden ofrecer sus propias producciones, pueden buscar con quién comunicarse o compartir lo que producen, pero también pueden restringir su uso, en determinados niveles y alternativas. Las tecnologías de comunicación e información contemporáneas avanzan hacia el perfil de un usuario más que en un receptor. Marcelo Urresti llamó a esto prosumidor, es decir, un consumidor y productor que en funciones a veces simultáneas se relaciona con el mundo tecnológico. Interactividad implica que ha desaparecido aquella programación generalizada, sumado al hecho de que las tecnologías de hoy desubican también a los medios tradicionales. Cuando vemos una película en casa, ¿eso es cine? Cuando miramos una serie televisiva en la PC, ¿eso es televisión? Cuando escuchamos música en el celular, ¿eso es radio? Lo que se observa claramente es que lo que determina a las tecnologías de hoy es la convergencia. Como sugirió Henry Jenkins, una convergencia que es mucho más profunda que la síntesis entre audio, video y ordenadores; vamos hacia una cultura general de la convergencia en la que las producciones circularán en múltiples soportes. O quizá mejor dicho, los soportes ya no serán el contenido de los mensajes.
(...)la conectividad. ¿Qué significa estar conectados? La respuesta no es sencilla tampoco, pero intuyo que para los jóvenes estar conectados es de algún modo estar en el mundo, y eso no es saber aquello que se supone deben saber, sino saber lo que ocurre a través de ese intersticio entre la cultura oficial y la cultura popular en el que siempre confrontan dos estilos de vida, dos verdades, dos formas de ver el mundo. Los jóvenes quizá por estar en ese lugar de transición son los más perceptivos a esas contradicciones. Unas sociedades donde el discurso del trabajo entra en cortocircuito con las dificultades para encontrar trabajo, donde la democracia se ve desmentida por los grupos de poder y las mafias, donde la seguridad es vulnerada por la violencia de los que dicen ser responsables de la seguridad, donde la vida sana que promueven los medios oculta la pobreza y la marginación. La lógica de la conectividad es mucho más que la definición en la cual nos referimos a la capacidad de conexión entre ordenadores, nos referimos a la capacitad de interactuar con los múltiples soportes tecnológicos en los que se hace y se deshace la vida contemporánea.
Nota comnpleta: Ciberculturas; en Página 12; 16-02-11.
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