martes, diciembre 29, 2009

Maffesoli habla de los cambios en nuestra época

Siempre motivador del debate y provocador, Maffesoli, sintetiza con claridad sus ideas en este reportaje del diario Clarín realizado por Claudio Martynuk.

Por supuesto, las caracterizaciones que realiza, deben ser puestas en relación y contexto: norte-sur; pobres-no pobres; incluidos-excluidos; sociedades capitalistas - sociedades... ¿no capitalistas?

Sin embargo, sus trazos del cambio de época creemos que atraviesan a unos y otros, si bien con impacto diferencial en cantidad y calidad, diferenciales que merecen ser tomados en cuenta y analizados como tales.

La entrevista merece ser analizada, pero veamos algunas de sus expresiones.

"...los grandes valores que marcaron los tiempos modernos están terminándose, especialmente en las generaciones jóvenes. Pero el fin de la modernidad no es una catástrofe, porque algo se detiene y algo arranca. Los tres grandes valores modernos (trabajo, razón, futuro) están cada vez más saturados, no tienen una verdadera fuerza atractiva. Y la reflexión sobre la posmodernidad trata de ver qué está tomando el lugar de esos grandes valores. Para mí, hay tres grandes pistas: la creación (no el trabajo, sino la creatividad). Ya no la razón sino la imagen (la imaginación, lo imaginario). Ya no el futuro, sino el presente."

"...Ese es el verdadero problema. La noción misma de individuo está totalmente diluida. Ya no funciona. El individuo es etimológicamente indivisible. Tengo una identidad sexual, ideológica, profesional y a partir de esa identidad se da el famoso contrato social. Para mí, el surgimiento de la tribu implica que uno ya no es uno mismo, sino que se pierde en el otro. Más exactamente: en determinada tribu yo manifiesto tal personaje. Ya no se trata de un individuo indivisible sino de una persona plural. O sea que en determinado momento yo voy a experimentar una máscara en determinada tribu; mañana, esta noche, en otra tribu, experimentaré otra. No es esquizofrénico, sino la expresión de la multiplicidad de mis roles."

"Propuse la noción de tribu como una metáfora. Era para que se prestara atención al hecho de que había un retorno de las formas tradicionales, antiguas del lazo social. De lo que se trata en una tribu es de compartir un gusto. Un gusto sexual, un gusto musical, un gusto religioso, un gusto en la ropa, etc. Todo. Es una afinidad electiva. El sentimiento de pertenencia -no del contrato racional- da cuenta de un pacto emocional. Este deslizamiento del contrato al pacto es una clave de nuestra época. No es exactamente el retorno de las tribus tradicionales. Es la vuelta de la tribu, más Internet. Y esa sinergia entre lo arcaico y el desarrollo tecnológico es la gran marca de la posmodernidad y el lugar donde las tribus se expresan."


Y esta reflexión final, que compartimos parcialmente, en cuanto al devenir que diagnostica, pero que, sin embargo, no creemos que deba festejarse -en realidad Maffesoli sólo lo festeja en parte, cuando habla de la recuperación del goce- y que, pensamos, implica la necesidad de proponer tensiones a su alrededor, como señalamos en post anteriores. En cualquier caso, un punto de vista cuyas conclusones hay que debatir seriamente, sin oposiciones fundamentalistas, ni festejos por anticipado. Ahí va:

"Se da un deslizamiento de la verticalidad hacia la horizontalidad. Internet es una de las manifestaciones de esa horizontalización fraternal, en la que todos son iguales. Lo que predominaba con la ley del padre era la educación, la pedagogía. Actualmente hay un retorno a la iniciación. Los hermanos inician. Esa es la transmisión. Lo que está ocurriendo en la horizontalidad de Internet es el retorno de la iniciación. En una sociedad, siempre hay una figura emblemática. Y la figura emblemática que culmina en el siglo XIX es el adulto serio, racional, productor, reproductor. Esa es la gran figura emblemática que se ve en la forma de vestirse, en la manera de educar, de constituir las instituciones, etc. Toda la modernidad se hizo en torno de ese pivote, ese adulto. En otros momentos históricos y también en la posmodernidad, la figura emblemática va a ser el niño eterno. No se puede envejecer, se habla la jerga de los jóvenes, uno usa cosméticos y ropa joven. El niño eterno se está convirtiendo en la figura emblemática alrededor de la cual, inconscientemente, la sociedad en su totalidad se reencuentra. Ya no es un problema de edad: el niño no es únicamente un menor de edad, es un proceso transversal. Y lo vemos en la moda, la publicidad y la televisión."

¿Qué tal? ¿se viene un mundo Peter Pan?

Entrevista completa: "Nuestra marca de época es la tribu, lo arcaico, más el desarrollo de Internet"; Clarín. 27-12-09.



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