miércoles, octubre 15, 2008

Esta mañana estuve en la Universidad de la Matanza dando una charla sobre "Jóvenes y tecnocultura" a los Equipos de Orientación Escolar del Distrito, en varios niveles de Enseñanza, según me dicen, para unas 200 personas.

Como suele suceder, buena ocasión para acercar algunas ideas y, también, para tensar otras, al ser interpelado con preguntas pertinentes.

En la charla, fuimos recorriendo las características de los cambios contextuales, sociales, culturales, tecnológicos y productivos, hasta llegar a las prácticas sociales de las y los adolescentes y su producción de sentido; su atravesamiento por las tecnologías digitales -si bien reconocemos que su impacto es diferencial producto de las diferencias sociales y las diversidades culturales-, la relación sus impares, es decir, los adultos (cuando no se posicionan como pares, claro), para, finalmente, desarrollar algunas ideas acerca de las transformaciones necesarias de los espacios institucionales. En línea a la que llamamos "regla de las 3 D": revisar -y exigir- Disponibilidades institucionales (macro); ajustar, recrear y revaluar Dispositivos institucionales (mezzo); y, poner en juego Disposiciones personales (micro).

En este punto, y siguiendo las ideas que pueden verse sintetizadas en la Presentación en Power Point que subimos vía SlideShare al post sobre "Sociedad, niñez y adolescencia", luego de describir la situación general, planteamos la propuesta de TENSIONAR. Tensionar el aislamiento generacional, produciendo espacios de encuentro entre jóvenes y adultos; tensionar el ejercicio de roles adultos difusos para constituirlos en la diferencia (y ya lo hemos dicho una y otra vez, eso nada tiene que ver con regresar a los viejos moldes conservadores y autoritarios, pero sí, salir del marasmo juvenilista adulto); tensionar el consumismo generalizado, promoviendo una cultura del consumo responsable, (y, evitando, al mismo tiempo, hacer marketing del deseo juvenil desde la posición adulta); y, por último, tensionando la sobrecarga de presente mediante la transmisión de historias de proximidad e identificantes, vívidas y atractivas, de búsquedas de sentido que descubran raíces, y de proyectos e ideas que construyan la idea de proyección.



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